Los buenos embutidos no se improvisan, son algo íntimamente ligado a una tierra, un paisaje, una gente y sus costumbres...Esto, en efecto, es lo que ocurre en la Región Segoviana, tierra cuya altitud, rodeada de serranías, y un clima seco hacen que se convierta en un lugar idóneo para la elaboración de embutidos y jamones.
Estas circunstancias llevaron a Florencio Sancho, hace ya más de 50 años, aprovechando las enseñanzas que sus antepasados y su tierra le otorgaban, a emprender la artesanal tarea de la elaboración y curado de embutidos y jamones.
Actualmente, más de medio siglo después, esta aventura sigue viva, ya que sus hijos han heredado y aumentado este oficio aplicando los nuevos conocimientos y tecnologías para conseguir un producto final de alta calidad.